martes, 28 de septiembre de 2010

Práctica 3: bodegón


Buscando composiciones para  ésta práctica de bodegones me percaté de las múltiples convinaciones que me rodeaban sin haberlo buscado. Cuando llegé a la huerta de mi abuela me sentía como en un enorme bodegón; todo estaba decorado de forma que te transmitía tranquilidad y paz.
La caseta de mi abuela está junta a Noaín en una urbanización de casetas organizada en calles paralelas. Como la mujer está mayor apenas va a cuidar su parcela; sólo cuando le podemos llevar mis padres o yo.
La pequeña parcela tiene una caseta y un gran jardín en el que los árboles plantados simulan un bosque. Los manzanos, perales y demás árboles frutales decoran la parcela con su presencia y colores. La parcela está separada del terreno vecino mediante una pared de rocas. En un pequeño agujero de esa pared vive una familia de gatos que se comen toda la fruta que alcanzan. Este pequeño ecosistema que se ha creado se complementa con nuestra presencia y admiración. Los pequeños gatos se pasean por el verde césped como si fuese suyo; trepándo por todas partes. Todo el conjunto hace que la huerta parezca un pequeño bosque de fantasía; un Edén en el que los  cuatro gatos del hueco disfrutan con los cuidados de mi abuela. Así pues, mi familia cuidará ese pequeño jardín mágico después de que mi abuela ya no pueda cuidar de los gatos.





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